jueves, 28 de mayo de 2015

SAN ISIDRO (xx). BRONCAZO AL FANDI; URDIALES APERREADO.

David Fandila sigue sin tener una idea clara de para qué sirve la muleta. Y como el público tampoco la tiene, se  desentiende del último tercio y el Fandi se cabrea. Ayer mismamente en el quinto, tras clavar a cabeza pasada, tiró por la calle del medio y se cargó el toro en un pis pas; le pegaron el cante, no el cante grande de los flamencos, sino la bronca grande. En banderillas sigue siendo  un atleta, pero yo prefiero, por ejemplo, un par de Miguel Martín, de la cuadrilla de Fandiño, a todos los pares de Fandila.
 Los toros de Cortés complicados y algunos imposibles. El primero de Fandiño, mejor que el primero de Urdiales, pero mucho peor que el de David Fandila, el Fandi. Fandiño  sigue atascado tras la infausta tarde de los seis toros, pese a que el otro dia casi reconquista Las Ventas. Esas cosas dejan huella y Fandiño no debe perder la confianza en sí mismo. No puede habérsele olvidado torear; es cuestión de fe, de esperanza. De la caridad de los demás no debe esperar nada. Tiene garra y raza.
 Urdiales no logró darle un pase al manso de Cortés. Y si Urdiales no logró darle un pase al toro de Cortes, o sea Victoriano del Rio, es porque  el manso y áspero bicho no lo tenía. El siguiente toro fue mejor, encastado y con brío, pero cayó en la muleta de Fandila y se acabó. Yo creo que las carreras en banderillas de Fandi encandilan al personal, pero aburren y agotan a los toros.

 Un torazo guapo y de hermoso trapío fue el cuarto. Y Diego Urdiales anduvo aperreado. Cosa rara en el torero riojano que, más puro o menos puro, suele andar sobrado. Lo mató muy bien. Pero quizá Urdiales deba plantearse que no a todos los toros se les puede hacer el toreo puro y de sentimiento profundo. Una lidia de aliño, una lidia sobre los pies quizá hubiera sido más pertinente. También en esa circunstancias se puede ser torero grande.  

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