domingo, 10 de mayo de 2015

SAN ISIDRO (III). MANSADA INFAME Y DESCASTADA DE VALDEFRESNO

Me había olvidado de lo incómodas que son las plazas de toros; lo dura que es la piedra aunque lleves cojines de plumas; lo altos que son los escalones que te empujan al abismo. La solidaridad de algunos aficionados, su fortaleza afectuosa me ayuda. El Dios Tauro se lo premie. Momentos de tedio mortal y momentos de grandeza; por ejemplo, Eugenio de Mora; le falló la espada en el primero, pero se redimió en el cuarto con un estoconazo defectuoso. Hace años Eugenio de Mora pudo ser alguien en esto; si sigue por la senda de ayer, pero con toros encastados, no con carneros, puede empezar a pensar en ser lo que no llegó a ser.
Me esfuerzo por transmitir optimismo a dos amigos argentinos en la primera parte de la corrida. A Verónica Parizzi, teatrera de buena ley en El Umbral de Primavera, y a Daniel Castelo, periodista, que pisa por primera vez una plaza de toros, les ha impresionado el ambiente; son neófitos y de la escuela de Calamaro, me parece. Desde el primer momento trato de captarlos para la escuela de Valle Inclán. Dice el gran Valle, -acaso el único del 98 que admiraba a Belmonte y las corridas de toros- por boca de don Estrafalario en Los cuernos de don Friolera: “si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros sería magnífico. Si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como la “Iliada”. Quizá de aquí nace la afición de los cómicos a la Fiesta. Van una vez y se enganchan. Esta semana la tengo ocupada en llevar cómicos a las Ventas.
Héroes homéricos ayer, pocos. Ni siquiera el resucitado Eugenio de Mora, ni siquiera la perfecta caligrafía de Morenito de Aranda, el héroe del 2 de mayo, más academicista que enrazado como el día del aniversario de la francesada. Mal puede enrazarse un torero cuando delante tiene toros sin raza como los de Valdefresno: una mansada con sangre de ovejas, solo les faltaba el balido lastimero y lamentoso. Sin casta, sin fuerzas y con el trapío justo, justísimo para las Ventas. Pero esta plaza hace tiempo que está anestesiada, incluido el belicoso tendido del 7. El sobrero de El Risco, procedencia Aldeanueva, creo, tuvo un poco más de chispa; la que necesita un torero como Morenito para lucir sus virtudes de artista poderoso y dominador.
Cumbre de Morenito quizá poco valorada: una tanda soberbia de naturales y otra de redondos encerrado en tablas de chiqueros, en los terrenos de la asfixia y el despeñadero. Esto me gustó más que el intermitente perfeccionismo del quinto. Pero la plaza ayer estaba un poco esquizofrénica y bipolar
La guerrilla mexicana estuvo representada ayer por Arturo Saldívar. Nada especial salvo el florido toreo de capa, los fuegos artificiales y los juegos florales de serpentinas, revoleras, saltilleras, etc..

Agradezco de nuevo la acogida que está teniendo el nuevo diseño (David de Loaysa, otro teatrero) del blog cronicastaurinas con la Quimera de fondo. Ninguno de los toreros de ayer toreo por soleares, martinetes ni seguiriyas, como canta El Pescao o Antorrín Heredia. Pero Eugenio de Mora y Morenito de Aranda  debieran salir relanzados de la primera plaza del mundo, si las Ventas siguiera siendo la primera plaza del mundo. Con Diego Urdiales, y a falta de que Ivan Fandiño se sobreponga del petardo de los seis toros, debieran ser cartel de todas la ferias de Iberia.

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