miércoles, 20 de mayo de 2015

CORRIDA DE LA PRENSA, UN DESASTRE. ¿SÏMBÓLICO?

Los jandillas por el suelo
La Corrida de la Prensa resultó catastrófica, fiel a los últimos tiempos de la Asociación de los periodistas. Con todos mis respetos a la Asociación y a los diestros, este cartel -Miguel Abellán, el Fandi y Manuel Escribano- hubiera sido impensable, y rechazable, hace pocos años en la celebérrima Corrida de la Prensa. Hay cosas que ni el Rey Borbón arreglará nunca, aunque su presencia en la Corrida de la Prensa sea un gesto de gratitud. Fiel al pacto de la Transición, la prensa independiente y democrática de este país monárquico y juancarlista como Miguel Abellán, le ha tapado muchos marrones a su Majestad. De cualquier manera, gracias señor. Lo prefiero jubilado en un asiento   de   las Ventas, antes que reinando.
La corrida, pues, un desastre; los jandillas por los suelos y los toreros a merced del viento. Esto del viento empieza a ser una cuestión de Estado  para comentaristas cortesanos. Es un riesgo añadido, cierto; pero se han visto faenas memorables en las Ventas en tardes de viento memorable; eran toreros memorables.  Los mejores momentos de la tarde han sucedido cuando Miguel Abellán y Manuel Escribano descubrieron los terrenos donde el viento era menos maligno. Los papelillos, los terrenos, las tablas. Secretos de la técnica lidiadora.
Pero hay toreros incapaces de dar un muletazo en tormenta o en bonanza. Sólo que Madrid, la primera plaza del mundo, a unos mide de una forma y a otros de otra. Ejecutó ayer sus exorcismos de indiferencia contra el Niño de la Capea, hijo, y con eso queda purificada para posteriores sacrificios de tolerancia. Pedrito Gutiérrez no es mejor ni peor que el  80% de los diestros del escalafón, pero no le perdonan que tenga un apellido famoso, lo cual consideran un privilegio. Dejemos los apellidos en paz. Cada cual es hijo de su padre y de su madre. Y, si eso es un honor y una eficacia  en otros campos del saber, no veo por qué no va a serlo en el toro. Pedro Gutiérrez tiene la vida resuelta y un horizonte ganadero envidiable. Y sigue vistiéndose de luces frente a los toros y el escarnio del público. Adelante muchacho, mientras te dure la vocación,
Carlos Abella, el gerente ilustrado.
La programación cultural programada por él mismo está desbordando a Carlos Abella en las Ventas: salas Bienvenida, Cossío y Antoñete que es la dedicada a sala de arte propiamente dicha. Hoy, a la misma hora, homenaje multitudinario al infortunado David Mora y  presentación de un libro sobre Manolete de  don Pedro Ballester capellán del templo Santa Cruz de Caravaca durante 40 años. Manolete, la pasión de su vida.
Y la exposición de retratos del toreo, de Nekane, de la que soy comisario. Hubo división de opiniones. Todos con David Mora; y el resto, a repartir entre Manolete y los retratos. Algunos se descolgaron de Mora y Manolete y se pasaron a tomar los vinos de Nekane que pusieron las bodegas Arzuaga, la familia de la gran diseñadora universal Amaya Arzuaga. Los vinos, tan buenos como  los retratos de los cuales escribo, firmo y ratifico: “De esta galería  me gustan todos, pues a todos ha conseguido hallarles el vuelo de su alma y la hondura de la mirada. Todos tienen su mirada propia, que es donde el pintor se la juega; los ojos, los silencios del modelo…” . Teníamos preparada un gran fiesta flamenca para Nekane y Azpeitia; el Persa, Reza Jafari, de La Quimera, se lució con la guitarra.
Hablando de modelos, Cristina Gaviria, la bella protagonista de Diálogo con el vestido de torear -el año pasado por estas fechas y en esta misma sala- se ha enamorado y se casa. Océanos de lágrimas han empezado a inundar los campos de Iberia; hay  lamentos jeremiacos de los pacientes de la Asociación de la Prensa, donde  la señorita Gaviria ejercía la  fisioterapia, aunque cada vez menos. El amor no respeta ni siquiera el dolor de los minusválidos.  Felicidades, guapa.


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