Beneficencia; ¿a beneficio de qué y de quién.
Nota previa para Antonio
Garrigues Walker: te pillé. Te vi en un
tendido de las Ventas, como un dia descubrí a Paco Umbral, otro antitaurino que, desde entonces, me pedía que lo
acompañara a la Corrida de la Prensa para hacer pasarela. Se dio cuenta que en
una plaza de toros Javier Villán era
más importante que Paco Umbral, que los aficionados me pedían autógrafos sobre
mis críticas; y decidió que hacer
pasarela no le servía de nada. Y se acabaron las corridas. A partir
de hoy, espero discutir de toros con Garrigues Walker, jurista, poeta y autor
dramático, con la misma civilizada pasión
con que hablamos de marxismo, liberalismo y teatro. De momento, le recomiendo a
Garrigues el libro de Tierno Galván Los toros acontecimiento nacional, que Paco
Umbral se sabía de memoria.
Carmen, la cigarrera de Távora.
Ayer, aburrido de la semana torista me fui al teatro Compac
Gran Vía a ver Carmen, de Salvador Távora, que fue torero y
cambió la Puerta del Príncipe por la gloria de La Cuadra, nombre sagrado del
teatro español de la segunda mitad del siglo XX. Carmen, la
cigarrera subversiva. Acabará San Isidro y podrán ustedes ver este espectáculo
magno: cornetas, tambores, cante grande y baile grande. O manden a la mierda
estos simulacros de corrida y vayan a ver la gran verdad de Carmen, la cigarrera. La sensibilidad
del palco de Canal Plus tiene una estrella en María Távora. Y en el Mistela, otra
estrella del baile.
La gran Semana Torista
de la Feria de San Isidro esta siendo un fracaso. Y la corrida de Victoriano del Rey, Beneficencia, en la
que las figuras ponen sus complacencias fracasó también. Muy seria y muy
pastueña y muy mansa y muy grande y destartalada, no arregló nada; un buen
toro, primero, fue un espejismo. Corrida
de Beneficencia ¿a beneficio de quién o
de qué?
Cadáveres políticos en el palco Real
En el palco real la Infanta Helena, la infanta buena y torera, acompañada de dos cadáveres
políticos; el ministro de Cultura señor Wert
y el presidente en funciones de la Cam, don Ignacio González y, además de cadáver, bajo sospecha de chanchullos inmobiliarios. Alteza cuide las compañías;
algunas marcan.
A la espera de las corridas que faltan, Victorino y Adolfo salvadnos de la desesperación; breve resumen: los
de Iban, nada; los Pablo Romeros
quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras; los Cuadri, como los
toros de Guisando en grande y en pedernal parado. Ignoro si Fernando
Cuadri, un caballero, un ganadero cabal sigue criando jilgueros y canarios,
su afición segunda tras el toro de lidia. Si la ganadería sigue con esta
deriva, mejor le valdría volver a los jilgueros.
Pero escrito está;
cuando veas los toros de Cuadri mansos y descastado sin un pase, es que se acerca el final de los tiempos. Vi la
corrida por Plus avanzada la noche. Siempre tengo la esperanza de ver en el palco
de comentaristas el fervor que Caballero y Muñoz me suscitaron como toreros. Es otra cosa. Ni pueden ni deben
ser críticos. Si yo escribo hoy que el mano a mano entre Perera y el Juli no ha
dilucidado el cetro porque, a lo peor, no hay cetro que dilucidar, los aficionados
me sacan a hombros. Lo dicen ellos, Muñoz y Caballero, y les cortan los güevos.
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