Alancear o acribillar.
A propósito del Toro de la Vega han
sido viscerales y airadas, las redes
sobre todo, las respuestas a mi artículo en el Mundo.
Hay división de opiniones, pero voy a centrarme en las más hostiles y
descalificadoras que me acusan de ser contrario a las manifestaciones populares
de los toros. La corrida es en sí una manifestación popular, aunque los
oficiantes sean toreros profesionales; los que cobran, aquellos a los que Afonso X el Sabio llamaba enfamados. Por
recibir dinero.
A) Precedentes actual situación del Toro. No es el peor momento por el que
atraviesa el Toro de la Vega. En los 50
y 60 del pasado siglo, fue duramente
cuestionado y, durante unos años, prohibido el alanceamiento y muerte; quedó en
una especie de encierro incruento y sin violencia.
1). Nada tengo en contra del pueblo
soberano. La corrida en su actual formato tiene sus orígenes en el pueblo. Y
pueblo eran los ayudadores de los caballeros, los actuales subalternos, que “echaban
un capote" a los alanceadores.
2). La corrida caballeresca, alancear
toros, es por lo tanto y a grandes trazos, precedente de la corrida actual,
codificada a mediados del XVIII. “Sobre un caballo alazano/ cubierto de galas y
oro/ demanda licencia urbano / para alancear un toro un caballero cristiano” El
jinete era el Cid Campeador, según Moratin.
Los caballeros, cortesanos y aduladores, abandonaron correr toros porque al rey
(Borbones) no les gustaban.
3) Pretender que el Toro de la Vega es un
torneo, una reivindicación del alanceamiento y por lo tanto de la corrida
caballeresca, es un contradiós. Se le acuchilla, no se le alancea a la “torea
forma”. El “festejo” está reglamentado, dicen. No lo dudo. Pero las imágenes,
año tras año, son demasiado elocuentes.
4) Que estuviera prohibido algunos
años durante el franquismo no da al Toro de la Vega, carácter democrático ni le
quita condición sanguinaria.
5) Nada tengo en contra de los
festejos populares, como las capeas, los encierros, los toros de calle sin
muerte ni maltrato, en los que, dada mi condición de aldeano, me crié. Si he
protestado contra los Bous al carrer, es
por estimar que la Generalitat de Catalunya usa un doble rasero político;
prohibir la corrida por españolista y estimular los bous por catalanistas. Lo
cual a mi juicio es confundir el culo con las temporas, la velocidad con el
tocino y la gimnasia con la magnesia.
Que es lo que les ocurre a muchos antitaurinos. Y a bastantes taurinos.